La fotosensibilidad en la piel y síntomas más comunes

Es importante tener en cuenta la fotosensibilidad de la piel para evitar la aparición de síntomas como erupciones, fatiga, fiebre, dolor y otros síntomas más graves. 

Por ello, es importante evitar la exposición solar sin protección durante el periodo en el que los rayos UV son especialmente intensos. Además, es fundamental acudir al dermatólogo ante la aparición de cualquier tipo de mancha o anomalía en la piel. 
 

¿Qué es la fotosensibilidad?

La fotosensibilidad es la reacción de la piel ante la incidencia de la luz. Generalmente se trata de radiación provocada por luz ultravioleta (UV) aunque puede manifestarse también por otro tipo de luz, quemaduras solares o erupciones. 

Además, dicha reacción puede tener su origen en causas genéticas, en algunas enfermedades o por la toma de determinados medicamentos que absorben la radiación solar. De esta forma, la fotosensibilidad puede variar de una persona a otra dependiendo de su metabolismo y de otras características como la variabilidad genética o la pigmentación de su piel. 

Síntomas de fotosensibilidad en la piel

A pesar de que la fotosensibilidad es diferente en cada persona, los síntomas producidos suelen ser casi siempre los mismos. Podemos clasificarlos en:

• Urticaria solar: suele aparecer en las zonas que quedan más expuestas al sol. Por lo general, este síntoma aparece antes de las 24 horas siguientes a la exposición del sol. Además, en caso de que la afección sea grave, puede ir acompañada de síncopes, mareos u otros síntomas. 

• Quemaduras solares: debido a una alta fotosensibilidad, la piel puede llegar a absorber más luz de la que generalmente se suele adquirir y, como consecuencia, se pueden provocar lesiones dérmicas como quemaduras solares. Aunque la gravedad de dichas quemaduras puede ser muy variable, pueden aparecer en cualquier persona tras una exposición al sol continuada. 

• Erupciones reactivas: también conocida como erupción polimorfa lumínica, se trata de una reacción fotosensible consecuencia de los rayos UV. Por ello, normalmente las erupciones suelen aparecer en las zonas expuestas al sol en forma de lesiones papulosas, eritematosas o pruriginosas. 

La fotosensibilidad y medicamentos que pueden provocarla

En ocasiones, algunos fármacos pueden provocar o causar fotosensibilidad. Por ello, es de vital importancia consultar la información y posibles efectos secundarios de cada fármaco o tratamiento para evitarlo. 

De hecho, algunos medicamentos de uso común pueden ser fotosensibilizantes, especialmente aquellos que son pautados para determinadas enfermedades crónicas. 

Algunos de los medicamentos que pueden llegar a ser fotosensibilizantes son determinados antibióticos, antihipertensivos, antiarrítmicos, antiinflamatorios, antidepresivos, antipsicóticos o retinoides. También existen fármacos de vía tópica, como los perfumes o colorantes, que pueden ser causa de fotoalergias o fototoxicidad. 

Cómo evitar la fotosensibilidad en la piel

Podemos seguir diferentes medidas preventivas con el fin de poder evitar los síntomas y riesgos que puede conllevar la fotosensibilidad. Una de ellas, en caso de que la fotosensibilidad venga por la toma de algún medicamento, es la de tomar dicha medicación cuando solamente sea necesario y, a poder ser, hacerlo en momentos del día donde no estemos bajo la exposición solar. 

Además, para evitar la fotosensibilidad en la piel es fundamental protegernos del sol. Para ello debemos hacer uso de fotoprotectores, protegernos de los rayos UV mediante ropa específica, con gafas de sol y con gorras o sombreros para proteger la cabeza. También es aconsejable evitar las horas del día en las que el sol incide más perpendicularmente sobre la piel y elegir una protección solar adecuada a nuestro tipo de piel y pigmentación. 
 

¿Existen tratamientos para curar la fotosensibilidad al sol?

En caso de presentar fotosensibilidad con sintomatología aguda, puede ser tratada con diferentes tratamientos como corticoides tópicos, compresas de frío o con AINE por vía oral en caso de ser necesario. Si se trata de un paciente especialmente sensible, puede ser aconsejable la administración de corticoides sistémicos. Además, también suelen emplearse antihistamínicos orales para combatir algunas reacciones fotoalérgicas.

Sin embargo, es fundamental acudir a un dermatólogo o médico especializado con el fin de obtener un diagnóstico personalizado sobre nuestro tipo de piel, grado de fotosensibilidad, medidas preventivas para protegernos y posibles tratamientos. 

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