Tortícolis congénita en bebés; síntomas y tratamiento
¿Sabes qué es la tortícolis congénita en bebés? En este post te contamos qué es, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla. ️ ¡Infórmate con especialistas!
La tortícolis es una afección en la que se produce anormalidad en el movimiento y posición del cuello, dificultando el giro de la cabeza con normalidad y dejándola en un ángulo simétrico. Las personas que padecen tortícolis presentan dolor cervical y fuertes dificultades para moverla en cualquier dirección. Esta disfunción neuromuscular puede presentarse en dos categorías: adquirida y congénita. Así, mientras que la tortícolis congénita es de nacimiento, la tortícolis adquirida puede producirse por diferentes motivos: desde inflamación de los ganglios linfáticos hasta por cicatrización del tejido muscular.
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Te contamos a continuación en qué consiste la tortícolis congénita en bebés y cuáles son los tratamientos y técnicas más eficaces para obtener mejoría y buenos resultados.
¿Qué es la tortícolis congénita en bebés?
La tortícolis congénita es aquella que se produce desde el nacimiento, normalmente, por una lesión del músculo esternocleidomastoideo que puede generarse o por una mala posición del feto dentro del útero o por complicaciones durante el parto. La tortícolis congénita se refleja en el bebé en la cabeza, que permanece inclinada hacia un lado mientras que el mentón apunta para el contrario. Aunque es bastante común que la tortícolis congénita se produzca desde el nacimiento, también puede desarrollarse al mes e incluso a los dos meses.
En caso de que la evolución de la tortícolis no sea favorable con el paso del tiempo, es necesario realizar diferentes pruebas diagnósticas y controles pediátricos.
Síntomas de la tortícolis congénita en bebés
Los principales síntomas de la tortícolis congénita se basan en la posición inclinada de la cabeza del bebé. Normalmente la cabeza permanece inclinada hacia un lado y el mentón apunta al hombro opuesto. Aunque puede afectar a ambos lados, la parte derecha del cuello es la que se ve afectada con mayor frecuencia por la tortícolis congénita en bebés.
Es fácilmente reconocible también por presentar un rango limitado de movimiento, tanto de cuello como de cabeza. Durante las primeras semanas desde el nacimiento, puede ser palpado un pequeño bulto que con el paso del tiempo suele desaparecer. En algunos casos puede producirse aplanamiento en un lado de la cara ya que el bebé suele dormir siempre sobre el mismo lado.
En caso de que la tortícolis congénita esté presente desde el nacimiento, es probable que el bebé también padezca displasia del desarrollo de la cadera, una afección que puede provocar que el hueso se salga fácilmente de la cavidad de la cadera.
Tipos de tortícolis congénita en bebés:
La tortícolis congénita suele presentarse nada más nacer o poco meses después. Además, en función de la gravedad de la enfermedad, puede diferenciarse en:
Tortícolis muscular congénita con preferencia postural del bebé
Es la forma más leve de tortícolis pero sí presenta una leve restricción pasiva de movimiento.
Tortícolis muscular congénita con rigidez
Presenta cierta rigidez en determinadas zonas del cuello, concretamente en el esternocleidomastoideo. También presenta dificultad en la movilidad pasiva.
Tortícolis muscular congénita con masa en el esternocleidomastoideo
Es el tipo de tortícolis congénita más grave. Sus síntomas se caracterizan por rigidez del movimiento y engrosamiento fibrótico del músculo.
Tratamiento de la tortícolis congénita
Diagnosticar los síntomas de la tortícolis congénita es fundamental para solventar las limitaciones de movilidad y evitar complicaciones. De hecho, los bebés con tortícolis congénita con preferencia postural suelen presentar un pronóstico de curación y tratamiento más corto que los casos identificados más tarde.
Por lo tanto, un diagnóstico precoz puede reducir el tiempo de diferentes tratamientos y evitar complicaciones de esta enfermedad congénita. En caso de apreciar síntomas de tortícolis congénita en su bebé, deberá acudir al pediatra con la mayor brevedad posible para poder obtener un diagnóstico eficaz.
Tratamiento de fisioterapia
La fisioterapia especializada suele ofrecer muy buenos resultados y mejorar considerablemente los síntomas en la etapa temprana de la enfermedad. Mediante la realización de diferentes ejercicios en consulta y en casa, el bebé puede experimentar una gran mejoría y disminución de complicaciones. Aunque dependerá de la edad del niño y la severidad de la tortícolis, en la mayoría de los casos la enfermedad experimentará una gran mejoría al llevar a cabo medidas posturales, movilizaciones y realizar los ejercicios aconsejados por el fisioterapeuta o un profesional de la salud.
En determinados casos la fisioterapia puede conseguir erradicar eficazmente la tortícolis congénita gracias a diferentes tipos de masajes, ejercicios cervicales y estiramientos.
Ejercicios de movilización
También será necesario que los padres estimulen al bebé para que gire la cabeza hacia el lado lesionado para favorecer su movilización. Para evitar el posible aplanamiento asimétrico de la cabeza, en determinados casos se recomienda posicionar al bebé boca abajo cuando esté despierto para favorecer el fortalecimiento de la musculatura de la espalda y el cuello. En la mayoría de los casos suele combinarse con ejercicios de estiramiento para intentar suavizar y alargar el músculo esternocleidomastoideo, presentando, por lo general, buenos resultados en cuanto a evolución y resolución de las dolencias.
En caso de no obtener los resultados esperados y no presentar mejoría con fisioterapia o ejercicios de estimulación, puede ser valorada la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica o cirugía específica.
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