Verónica Valhondo, psicóloga de Hospital Parque Vegas Altas, nos da las claves para superar el duelo por fallecimiento repentino

El duelo es una respuesta natural y saludable a la pérdida de un ser querido o a cualquier otro tipo de pérdida significativa en la vida de una persona. Según Verónica Valhondo, psicóloga clínica de Hospital Parque Vegas Altas, se trata de un proceso emocional y psicológico que permite a las personas adaptarse a la realidad de la pérdida, procesar sus emociones y encontrar un nuevo equilibrio en su vida sin la presencia física del ser querido o el objeto de la pérdida.

Pero el duelo por muerte inesperada es una experiencia única y compleja que se caracteriza por la pérdida repentina y sin previo aviso de un ser querido. A diferencia de otras formas de duelo, donde la anticipación y preparación pueden ofrecer cierto grado de gestión emocional, la muerte inesperada rompe con cualquier expectativa y deja a las personas en un estado de shock y confusión, pudiendo generar una sensación de desorientación, haciendo que el proceso de adaptación y recuperación emocional sea especialmente desafiante.

Valhondo, señala que las personas que enfrentan este tipo de duelo pueden experimentar una amplia gama de emociones intensas, que van desde el shock inicial y la incredulidad donde la persona se siente aturdida y confundida ante la noticia repentina de la pérdida. Esta sensación inicial puede dar paso a la negación, donde la persona se niega a aceptar la realidad de la muerte, haciéndose preguntas o buscando constantemente pruebas de que todo ha sido un error.


 

La ira puede surgir como una respuesta natural a la injusticia percibida de la muerte inesperada, haciendo que la persona se sienta enfadada con la vida, con los profesionales de la salud o incluso con el ser querido fallecido. Esta ira puede estar acompañada de sentimientos de culpa, donde la persona se puede culparse a si misma o a los demás por no haber podido prevenir la muerte, por palabras no dichas o acciones no realizadas.

La tristeza profunda y la desesperación son emociones omnipresentes, ya que la persona se enfrenta a la realidad de la pérdida y al vacío dejado por el ser querido fallecido. Pueden ir acompañada de síntomas físicos como fatiga, insomnio, pérdida de apetito y dolores corporales.

Como apunta la psicóloga de Hospital Parque Vegas Altas, también son muy comunes sentimientos de aislamiento y soledad, ya que pueden sentir que nadie comprende realmente su dolor o que los demás evitan el tema por temor a causar más dolor.

Sin embargo, es importante señalar que el duelo es un proceso individual y único, y que cada persona puede experimentar y expresar sus emociones de manera diferentes. No tiene un tiempo definido ni un camino predeterminado.

Por último, Verónica Valhondo comenta que, en estos momentos de profundo dolor y confusión, es fundamental contar con el apoyo y la orientación adecuados para transitar por el proceso de duelo de manera saludable y constructiva. El acompañamiento terapéutico puede jugar un papel crucial en la facilitación del proceso, proporcionando herramientas y estrategias para manejar el dolor y procesar las emociones.